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El Poeta del Mar

Una fiesta religiosa

Una fiesta religiosa

Padres, padrinos, abuelos, sobrinos y amigos: todos estuvieron con Jeremías, en su día, con Jere, el bautizado. Los momentos vividos, en la Basílica María Auxíliadora, quedarán para siempre grabados en mis retinas. Seré viejo y aún los recordaré. El bautizado, los padres y padrinos: ¡los valientes!

La madrina: Clarisa; hermosa e inteligente. El padrino: Hernán; sabio y buena gente.

La fiesta religiosa no terminó en la Basílica. Continuó afuera. Brindis, ilusión y momento largo y grato. Luego fuimos invitados, con humildad y alegría, por Javier y Angelica, los padres del flamante bautizado. Más allá de una idiotez de mi parte, Hernán me lo perdonó y el encuentro siguió un rato más.

Les agradezco a  Javi y Angie por la invitación, verdadera y espontánea, al bautismo de Jeremías. A los padres y abuelos de Jere, les deseo dicha y súper dicha. A Jere, le deseo sueños livianos y felices y el cielo todo en la tierra.

 

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