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El Poeta del Mar

Pasa el tren

Pasa el tren Pasa el tren por la puerta de mi casa, sólo pasa una vez, con sus vagones medio llenos, medio desiertos. Pero el tren pasa una única vez, porque este es especial: está lleno de colores y amor. Es un tren mágico y de súper - vida. Cuánto qusiera haberme subido al tren de la felicidad. Pero lo vi pasar, como un corazón corriendo frente a mí. Un tren - corazón, o con su forma.

Fui un chico de barrio; hoy: un poeta encerrado en una cárcel de cristal. Una marioneta a la dicha (o desdicha) de dios. Tengo que purgar todo lo que hice mal. El quiebre al destino fue fatal, casi mortal. Me salvó la poesía; por eso tanto la quiero, la respeto y la cuido, como ella me quiere, me respeta y me cuida.

Pasa el tren... ya pasó.

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